viernes, 29 de marzo de 2019

EL BAGAJE DE LA AUDITORIA, LO QUE CALLAMOS LOS AUDITORES








El bagaje de la Auditoría, lo que callamos los auditores.
Escrito por FLAC
Este bagaje de información sobre el trabajo de auditoría que todo Contador Público Autorizado tendría que tener conocimiento, debe sintetizar los aspectos principales de esa función, las normas que emiten los entes locales y las que emiten los colegios del gremio.
Si dejamos de lado lo que tienen las normas que es de aplicación a firmas de profesionales con varios socios, y nos concentramos en lo que puede pretenderse del profesional que trabaja sólo o a lo sumo con un socio (quizás con una secretaria y un auxiliar para trámites en general), podemos afirmar que le conciernen a ese profesional:
a) En lo que concierne a las normas personales:
1) Realizar su trabajo con responsabilidad y el debido cuidado.
2) Mantener imparcialidad y criterio objetivo.
b) En lo referente  a la realización del trabajo:
1) Adecuada planificación  y control.
2) Estudio y evaluación del control interno.
3) Obtención de elementos de juicios válidos y suficientes.
c) En referente al dictamen:
1) Definición de los estados financieros examinados.
2) Descripción del alcance del examen.
3) Opinión sobre la razonabilidad de la situación patrimonial y financiera de la empresa y de los resultados de las operaciones, de acuerdo con principios de contabilidad generalmente aceptados (PCGA) y aplicados con uniformidad respecto del ejercicio anterior.
Por supuesto, con referencia al dictamen, el profesional tiene en cuenta la posibilidad de que puede emitirlo:
a) Sin salvedades (es decir, favorable).
b) Con salvedades determinadas o indeterminadas, respecto al alcance del examen o a cuestiones de valuación y exposición, según los P.C.G.A, o  a cuestiones de uniformidad.
c) Adverso o negativo.
d) Con abstención de opinión.
Además de la existencia de una conjunto de normas emanadas de los referidos organismos profesionales, el esquema teórico se completa con la vasta literatura sobre la materia, cuyo exponente máximo desde mi punto de vista es la detallada obra de Enrique Fowler Newton en el libro Tratado de Auditoria, al que se agregan buena cantidad de artículos publicados en los principales blogs y páginas web especializadas. Me detengo aquí, para no exagerar, pues él que desee profundizar la teoría si conoce un idioma extranjero en particular como el inglés, puede recurrir a una ingesta cantidad de obras adicionales y por lo menos cientos de páginas web, revistas digitales, etc.
Provisto de un bagaje teórico como el que antecede, el ejercicio impecable de la auditoria, entonces, supone:
a) Empresas organizadas con una adecuada estructura de control interno.
b) Organizaciones provistas de personal competente y capaz de elaborar estados financieros que cumplan con todas las exigencias de la ley y los P.C.G.A.
c) Empresarios y directivos conocedores de la tarea del auditor y respetuosos de su juicio profesional, dispuestos siempre a aceptar su discernimiento técnico.
d) Contabilidades organizadas con pulcritud y provistas de carpetas, archivos y bases de datos ordenados, y con toda la documentación física y digital disponible.
e) Actitud positiva de empresarios, gerentes y directores hacia la independencia de criterio del profesional en lo tocante al texto de su dictamen.
Todo lo mencionado anteriormente es hipotético, demasiado perfecto, y no podría aplicarse en nuestro país, me animo a decirlo que ni los más avanzados industrialmente, que reconocen a la auditoría como una actividad profesional útil y necesaria. No es muy difícil encontrar artículos en páginas web o blogs, comentarios duros sobre la forma como el auditor externo debe vencer estos obstáculos, en síntesis me refiero a:
  • Pretensiones exageradas de clientes.
  • Actitudes hostiles del personal hacía.
Toda forma de control.
La intromisión de un extraño ajeno al personal de la empresa (no es "uno de los integrantes del equipo").
  • Resistencia a recomendaciones que puedan significar para el empresario, los directivos o su personal:
                Más trabajo para el personal.
Esfuerzo intelectual desusado.
Mayores costos.             
Pérdida de prestigio.
  • Oposición a todo lo que entre en conflicto con criterios propios (del empresario, directivos o del personal) o con irreductibles tomas de posición.
   Aversión por tener que hacer un gasto "inútil" (la auditoria misma) etcétera.
Las citadas situaciones son sólo algunas de las más comunes e inevitables dentro de un contexto teórico "normal". Podrían agregarse ciertas situaciones, como las antipatías personales y las hostilidades de tipo ideológico, pero estas no siempre se suscitan en un contexto teórico que responda a aquello que debería ser ''normal" y, en cambio, a veces, son abiertamente patológicas, aunque igualmente reales en Bolivia y en cualquier otra parte.
Pues bien, aceptado que todo auditor debe tener que enfrentar una realidad algo ingrata, aun en el mejor de los contextos, en un próximo artículo veremos cómo se supone que los supera.


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