El bagaje de la
Auditoría, lo que callamos los auditores.
Escrito por FLAC
Este bagaje de información sobre el trabajo de auditoría que
todo Contador Público Autorizado tendría que tener conocimiento, debe
sintetizar los aspectos principales de esa función, las normas que emiten los
entes locales y las que emiten los colegios del gremio.
Si dejamos de lado lo que tienen las normas que es de aplicación
a firmas de profesionales con varios socios, y nos concentramos en lo que puede
pretenderse del profesional que trabaja sólo o a lo sumo con un socio (quizás con
una secretaria y un auxiliar para trámites en general), podemos afirmar que le
conciernen a ese profesional:
a) En lo que
concierne a las normas personales:
1) Realizar su trabajo con responsabilidad y el debido
cuidado.
2) Mantener imparcialidad y criterio objetivo.
b) En lo referente a la realización del trabajo:
1) Adecuada planificación y control.
2) Estudio y evaluación del control interno.
3) Obtención de elementos de juicios válidos y suficientes.
c) En referente al
dictamen:
1) Definición de los estados financieros examinados.
2) Descripción del alcance del examen.
3) Opinión sobre la razonabilidad de la situación
patrimonial y financiera de la empresa y de los resultados de las operaciones,
de acuerdo con principios de contabilidad generalmente aceptados (PCGA) y
aplicados con uniformidad respecto del ejercicio anterior.
Por supuesto, con referencia al dictamen, el profesional
tiene en cuenta la posibilidad de que puede emitirlo:
a) Sin salvedades (es decir, favorable).
b) Con salvedades determinadas o indeterminadas, respecto al
alcance del examen o a cuestiones de valuación y exposición, según los P.C.G.A,
o a cuestiones de uniformidad.
c) Adverso o negativo.
d) Con abstención de opinión.
Además de la existencia de una conjunto de normas emanadas
de los referidos organismos profesionales, el esquema teórico se completa con
la vasta literatura sobre la materia, cuyo exponente máximo desde mi punto de
vista es la detallada obra de Enrique Fowler Newton en el libro Tratado de
Auditoria, al que se agregan buena cantidad de artículos publicados en los
principales blogs y páginas web especializadas. Me detengo aquí, para no
exagerar, pues él que desee profundizar la teoría si conoce un idioma extranjero
en particular como el inglés, puede recurrir a una ingesta cantidad de obras adicionales
y por lo menos cientos de páginas web, revistas digitales, etc.
Provisto de un bagaje teórico como el que antecede, el
ejercicio impecable de la auditoria, entonces, supone:
a) Empresas organizadas con una adecuada estructura de
control interno.
b) Organizaciones provistas de personal competente y capaz
de elaborar estados financieros que cumplan con todas las exigencias de la ley
y los P.C.G.A.
c) Empresarios y directivos conocedores de la tarea del
auditor y respetuosos de su juicio profesional, dispuestos siempre a aceptar su
discernimiento técnico.
d) Contabilidades organizadas con pulcritud y provistas de
carpetas, archivos y bases de datos ordenados, y con toda la documentación física
y digital disponible.
e) Actitud positiva de empresarios, gerentes y directores
hacia la independencia de criterio del profesional en lo tocante al texto de su
dictamen.
Todo lo mencionado anteriormente es hipotético, demasiado
perfecto, y no podría aplicarse en nuestro país, me animo a decirlo que ni los más
avanzados industrialmente, que reconocen a la auditoría como una actividad
profesional útil y necesaria. No es muy difícil encontrar artículos en páginas
web o blogs, comentarios duros sobre la forma como el auditor externo debe
vencer estos obstáculos, en síntesis me refiero a:
- Pretensiones exageradas de clientes.
- Actitudes hostiles del personal hacía.
Toda forma de control.
La intromisión de un extraño
ajeno al personal de la empresa (no es "uno de los integrantes del
equipo").
- Resistencia a recomendaciones que puedan significar para el empresario, los directivos o su personal:
Más
trabajo para el personal.
Esfuerzo intelectual desusado.
Mayores costos.
Pérdida de prestigio.
- Oposición a todo lo que entre en conflicto con criterios propios (del empresario, directivos o del personal) o con irreductibles tomas de posición.
— Aversión por tener que hacer un gasto
"inútil" (la auditoria misma) etcétera.
Las citadas situaciones son sólo algunas de las más comunes
e inevitables dentro de un contexto teórico "normal". Podrían
agregarse ciertas situaciones, como las antipatías personales y las
hostilidades de tipo ideológico, pero estas no siempre se suscitan en un
contexto teórico que responda a aquello que debería ser ''normal" y, en
cambio, a veces, son abiertamente patológicas, aunque igualmente reales en Bolivia
y en cualquier otra parte.
Pues bien, aceptado que todo auditor debe tener que
enfrentar una realidad algo ingrata, aun en el mejor de los contextos, en un próximo
artículo veremos cómo se supone que los supera.